Uno se hace una cuenta en menéame, empieza a comentar, a enviar noticias, a participar en la web con troleos absurdos, luego descubre el nido de mafias que es el nótame, participa en el nótame, lo acusan de mafioso, y al final, cuando ya estás totalmente asentado en ese bukakke online de gente curiosa o directamente rara caes en la cuenta de que algo falla.
Piensas, ¿que puede ser? ¿será la guerra de mafias? ¿los que se quejan de los votos? ¿los que se quejan de los que se quejan de los votos? ¿el avatar de carme? ¿es posible que me esté volviendo un paranoico?. Pasan los días, pasan los troleos, doy vergüenza ajena y me gusta. Llega un nuevo flame sobre privados que son públicos y sobre rotuladores permanentes, pero nada me llena, algo está fallando...
Espero la llegada de meneos con la primera luz del quinto día, al alba miro al este y al fin caigo, todo se debía al puto bot de menéame que es más soso que un ciprés vestido de etiqueta. Esa manera tan ñoña de felicitar los cumpleaños... ¿que cojones es eso de que el cabral te bendiga? ¡los quesos no dan bendiciones!
¿que reine el spam en tu día?¿para que?¿para que luego te tumben a negativos? ¡Si al único que se le permite el spam es a el!
Y luego, claro está, las continuas notas sobre nuevos apuntes del blog de menganito, que ni el mismo menganito se lee. Y por si no fuera poco, encima va ¡y es un hacendado!¡hay que joderse!
Estoy meditando seriamente enviar un correo a abuse para que le baneen de una puta vez. Y lo peor de todo es que no estoy seguro de que sea un bot, me imagino a un pobre becario encerrado en el cuarto de las fregonas de carme con un netbook de lo más cutre escribiendo letra a letra cada parida que suelta con amenaza de descarga en los huevos si hace copy-paste, todo esto con el uniforme de empresa, que debe ser algo así como unos shorts naranjas y una camiseta de I <3 Galli debajo del avatar redondo del bueno de Ricardo. Y visto así, me da penita.
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